4 de julio de 2011

0410- UN HÉROE, CASI ANÓNIMO.

Aunque en la foto le vemos vestido de militar, Ernest Duchesne destacó en algo mucho más importante pero la gloria, co
mo a muchos de los grandes, le llegó después de muerto. 
Duchesne fue un estudiante francés de medicina que descubrió la Penicilina 32 años antes que Fleming y que, por circunstancias de la vida, no pudo gozar de la popularidad que un hecho tan destacado merecía.
Duchesne había nacido un 30 de Mayo de 1.874 en París. Buen trabajador y de mente despierta, a los veinte años consiguió entrar en el Colegio de Salud Militar de Lyón. 
La tesis con la que se presentaría para su doctorado cuatro años después tenía un título más bien largo: 
"Contribución al estudio de la competencia vital en microorganismos. Antagonismo entre mohos y microbios".
Era la primera vez que alguien establecía el paralelismo entre los mohos y la actividad antimicrobiana.
A Duchesne le llamó la atención que los mozos que trabajaban en las cuadras de la escuela Militar guardaban las sillas de montar en un lugar oscuro y húmedo para conseguir que el moho creciera en ellas.

Interpelados, los mozos respondieron que el moho ayudaba a curar las úlceras que las sillas provocaban en los caballos. 
Intrigado por esta respuesta, Duchesne hizo un preparado a base de moho y cogiendo a unos conejos enfermos les inyectó una parte del mismo, viendo perplejo que todos ellos se curaron rápidamente. 
Ante resultado tan espectacular el joven estudiante que apenas contaba entonces 23 años de edad, dedicó buena parte de su tiempo a la investigación de este fenómeno probando sus efectos con la bacteria E.Coli. 
En un cultivo de la bacteria al que añadió el preparado de hongos que denominó Penicillium Glaucum, la bacteria quedó eliminada completamente.

La publicación de la tesis de tan joven estudiante, al que nadie conocía, pasó desapercibida. El Instituto Pasteur al que al parecer fue presentada no le prestó la más mínima atención. 
Era obligado desarrollar plenamente el descubrimiento, pero el joven fue requerido para realizar el Servicio Militar y el estudio quedó relegado. 
Dentro de la Academia Militar llegó al grado de Comandante de Segunda y el año 1.901 se casaría con una joven de Cannes que enfermó de tuberculosis y murió dos años después. 
En 1.904 Ernest Duchesne cayó enfermo de la misma enfermedad que su mujer. Fue relevado del servicio e internado en el Sanatorio de Amélie les Bains. 
No se restableció y ocho años más tarde, el 12 de Abril de 1.912, murió también, siendo enterrado en el Cementerio de Grand Jas, en la ciudad de Cannes.




Treinta y dos años después del descubrimiento de Duchesne (1.928) el escocés Alexander Fleming descubrió que la bacteria staphilococcus aureus podía eliminarse con un preparado al que denominó Penicillium Notatum, aunque ni él mismo conocía en ese momento la importancia de su descubrimiento. 

En 1.939 un farmacólogo australiano (Howard Florey) y tres colegas de la Universidad de Oxford se centraron en el estudio de las propiedades de la Penicilina pero la II Guerra Mundial les obligó a marchar a Estados Unidos para escapar de la contienda y proseguir con sus trabajos. Llevaron con ellos una mínima cantidad del preparado y utilizando la cepa del moho de un melón podrido consiguieron incubar gran cantidad.

Resultado de sus investigaciones fue que en 1.945 Fleming, Florey y Chain compartieron el Nobel de medicina. Habían pasado casi 50 años desde que el joven Duchesne habló con aquellos mozos del establo de la Escuela Militar.

En 1.949 importantes publicaciones científicas reconocieron a Ernest Duchesne como el precursor del descubrimiento de la Penicilina, publicando también sus trabajos hasta entonces en el anonimato. 
En un discurso en la ciudad de Lyón, Alexander Fleming reconoció que Duchesne era el verdadero descubridor del moho precursor de la Penicilina pero, al desconocerse sus trabajos, ni él ni sus compañeros sabían nada de las investigaciones del francés. 
Sin embargo dejaba claro que su descubrimiento había sido producto del azar, mientras que los resultados de Duchesne habían sido fruto de una metódica investigación.
Al francés le hubiera gustado oír estas palabras pero... ¡Hacía ya 32 años que había muerto!.

RAFAEL FABREGAT

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