13 de julio de 2011

0421- EL HÁBITO NO HACE AL MONJE.

REEDICIÓN.

Los payasos ríen, incluso el día que muere su padre. La frase no es mía y el artículo tampoco. Pocas cosas me gustan de Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) pero quizás alguna de ellas sea interesante y nuestro desconocimiento del fondo de las cosas debería impedirnos juzgar tan a la ligera como habitualmente solemos hacer.
Rompo pues una lanza a favor, no de ERC, pero sí de su portavoz el señor Joan Ridao, el cual ha criticado a los socialistas por "disfrazarse de gente de izquierda" en cada uno de sus mítines. Muy especialmente cuando dice que, acabado el mitin, van y se duchan (eso lo digo yo) y vuelven a enfundarse el traje de ministro, que es su segundo disfraz y el que más a gusto llevan.

Como todos sabemos, tras el abandono de su cargo en el Gobierno, Rubalcaba ha tenido que abandonar el sillón azul que ocupaba en el hemiciclo y como es preceptivo, en este momento ocupa un escaño dos filas más arriba de lo que le era habitual. 
Sin embargo este hecho no impide que su voz se oiga igual o más de lo que se oía anteriormente. ¿Por qué?. Pues sencillamente, porque Rubalcaba no es que haya descendido de categoría, sino que ha subido y mucho. 
Más bien es el presidente (ZP) el que, aún siéndolo, ni pincha ni corta y se ha convertido en un cero a la izquierda.
Ha costado pero por fin y tal como era preceptivo, siguiendo el guión del cuento, el lobo se comió al cordero. 
En el "summum" de la elocuencia, el señor Joan Ridao acusó al Gobierno de usar las medidas anunciadas por Rubalcaba como anzuelo electoral y denunció el trastorno de personalidad que sufren los diputados situados en los primeros lugares del partido y del Gobierno, ante la bicefalia de poder que sufre actualmente el PSOE. 

Mientras tanto el presidente, que ya nadie sabe si realmente mantiene algún poder de decisión, duda si seguir jugando a la ruleta rusa o si hacer caso de los consejos de sus ministros. 
Estos le bombardean cada día desde distintas direcciones, mareándole más de lo que ya estaba antes de tomar la decisión de aceptar la candidatura de su protegido, el abuelo Cañete, de "La familia Cebolleta". 
De todas formas esta situación acabará pronto, porque el abuelo tiene ganas de comenzar y (cuando se le cure la pierna) iniciará su ataque final. Como muy tarde y con toda seguridad, quiere hacerlo "antes de que le den las uvas". En esa nueva etapa, escaso protagonismo tendrán ya sus colaboradores puesto que sabe más el Diablo por viejo que por diablo. Todos tenemos ganas de que empiece. Unos para que, por fin, nuestro actual presidente pueda descansar y con él todos nosotros. Otra porque "quien mucho corre pronto para". 

Algunos, que quieren medrar y no saben como, se preguntan como se hace posible que el lobo pueda coger al cordero, siempre protegido tras una buena valla, cuando no con un moderno establo de gruesas paredes de hormigón...
Pues, muy fácil... Como en el cuento infantil, ¡hay que vestirse de cordero!. 
Una vez más, el disfraz no hace al monje. 
En fin veremos en qué queda todo esto. Porque el lobo puede convertirse en el dueño de todo el rebaño, pero también pudiera ocurrir que solo lo fuera de un pequeño grupo de ovejas descarriadas y (si tal cosa sucede) puede que ni siquiera esas ovejas le tengan respeto alguno.

De haber cambio de gobierno nadie sabe si será para bien, aunque somos muchos los que confiamos que así sea. ¿Es que puede ir peor?. Al menos, confiamos en que sea un gobierno más fuerte y eficaz. Que sepa dar un golpe sobre la mesa cuando, quienes organizan la partida, no implanten otras reglas de juego que aquellas que siempre les favorecen a ellos. Solo no se puede ir a ninguna parte pero, algunas veces, vale más ir solo que mal acompañado...


RAFAEL FABREGAT

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