16 de julio de 2011

0424- EL INFIERNO A NUESTRO ALCANCE.

Uno de los volcanes más accesibles del mundo es el Yasur, ubicado en la isla de Tanna, en la República de Vanuatu. Este país está situado en el Pacífico Sur, a 1.750 Km. al este de Australia y a 500 Km. al nordeste de Nueva Caledonia.
Aunque según las creencias de algunas sectas como la de los Yaohnanen, se dice que el dios Jhon Frum vaga por el monte Yasur al igual que su ¿hermano? el príncipe Felipe de Edimburgo (!), es muy poco probable que nos crucemos con ellos en el caso de visitar el Monte Yassur.

Sin embargo, ellos están convencidos de que ambos (dioses) habitan en ese volcán y rezan cada día esperando su regreso. ¿Como es posible que aún haya lugares con tanto atraso e ignorancia?. Vamos, es que... ¡esto no se lo cree ni Dios!. En fin...
Por lo visto en Oceanía existen varias religiones llamadas "cultos de cargo" que, relacionadas con la II Guerra Mundial, hablan de la llegada de "Portadores de bienes y alimentos y promesas de prosperidad perpétua". El tal Jhon Frum parece ser que era un charlatán, al parecer soldado norteamericano, que fue tomado por los isleños como el esperado Mesías, solución de todos los problemas de la Tierra.

Vista la enorme expectación causada entre la población, las autoridades estadounidenses investigaron el asunto pero no encontraron en sus registros soldado alguno con ese nombre. De todas formas, aunque sea difícil encontrarle, la visita igualmente merece la pena puesto que se trata del volcán activo de más fácil acceso del mundo. El camino a la cima puede hacerse con guía o por libre y en ambos casos podemos llegar hasta el mismo cráter, si los niveles de seguridad lo permiten.
Cada pocos minutos puede contemplarse una erupción de cierta intensidad.

Para evitar percances innecesarios el gobierno ha establecido un control de acceso y cinco niveles de alerta. Los tres primeros permiten el acceso al cráter, pero en los niveles 4 y 5 queda prohibido el paso a los visitantes no especializados.
En el nivel 3, todavía permitido al visitante, los viajeros curiosos pueden deleitarse viendo salir de entre la lava enormes rocas incandescentes que en algunas ocasiones llegan a caer muy cerca de los estupefactos turistas. De hecho, en tiempos anteriores al escrupuloso control de acceso que se sigue actualmente, hubieron de lamentarse algunas víctimas puesto que explosiones de mayor importancia pueden darse en cualquier momento.

Aunque todo el proceso está en este momento bajo control, siempre es emocionante ver la fuerza de la naturaleza. Quienes lo han visitado coinciden en que se trata de una experiencia muy interesante y de todo punto imprevisible. Quienes permiten el acceso a la visita del volcán Yassur, saben mucho de las probabilidades de que pueda suceder una erupción importante y por lo tanto peligrosa, pero de la naturaleza nadie lo sabe todo y subir hasta su cráter es siempre una aventura en la que cualquier imprevisto puede presentarse. Esa es la emoción de la subida.

De todas formas, una vez puestos a viajar a tan remoto lugar, tampoco debemos perdernos la oportunidad de conocer a los habitantes de la isla. Pocas veces se tiene la oportunidad de compartir tu tiempo con unas gentes que están catalogadas como las más felices de la Tierra. Las tribus de esta isla ocupan el número uno del ránking del bienestar. Aquel que da el hecho de no temer a nadie ni de ambicionar nada. Pero después de saber los dioses a los que adoran (un soldado de la II Guerra Mundial y el Duque de Edimburgo) no me extraña en absoluto que sean felices ya que, en este mundo, solo la ignorancia puede darnos la felicidad...

RAFAEL FABREGAT

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