29 de septiembre de 2012

0803- SOBRE LA VIDA DE SAN PABLO...

Tras la muerte de Jesús de Nazaret nace lo que se dieron en llamar "Los del camino", una especie de rama sectaria del judaísmo que se inicia en Palestina y que, como las demás, acude también a las sinagogas. Es de tipo profético y pregona que el fallecido Jesús de Nazaret era el Mesías, hijo de Yahvé anunciado por los profetas. Explican también que, tras su muerte, a manos de los romanos, el Padre lo ha resucitado y que son ellos ahora quienes, siguiendo su encargo, deben predicar la Torá y las obras del Espíritu Santo... De esos predicamentos nace una nueva fe entre las comunidades judías que posteriormente se llamaría el Cristianismo. 
Aunque ya los apóstoles de Jesús habían iniciado la conversión de paganos, es Saulo de Tarso (San Pablo) quien, tras su conversión al cristianismo en el año 36, sería su principal impulsor. Saulo había nacido la primera década del nuevo milenio en Tarso, en la que fue provincia romana de Cilicia a partir del año 64 y por lo tanto romano. En su epístola a Filemón, escrita en la cárcel de Éfeso ya próximo el año 60, le dice que es un anciano, lo que en aquella época se consideraba una vez cumplidos los 50 años. Era por tanto contemporáneo de Jesús de Nazaret, pero no fue uno de sus apóstoles iniciales. 

Saulo fue educado en Jerusalén por el famoso rabino Gamaliel I el Viejo y dijo ser fariseo. En su epístola a los filipenses (3:5-6) éste dice: 
"Fuí circuncidado al octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia y la ley, intachable".
No se cree que Saulo conociera personalmente a Jesús de Nazaret, puesto que no lo menciona en ninguna de sus epístolas. De ello se saca la conclusión de que su traslado a Jerusalén, con el objeto de estudiar la Torá, no sería anterior al año 30 ya que en esa fecha ya hablaba el hebreo y el arameo aprendidos en Palestina, además del griego natal. Según los "hechos de los apóstoles", fue en Jerusalén donde Saulo tuvo su primer contacto con los cristianos y más concretamente con el grupo de Esteban (mártir y santo) y grupo que le acompañaba. En ese momento, cuando al servicio de Roma llevó a cabo las primeras persecuciones contra los cristianos y aprobó la lapidación de Esteban, Saulo tenía alrededor de 25 años. Al parecer no se llevaron a cabo matanzas pero, sin respetar niños ni mujeres, los encerraba en la cárcel. Saulo iba por las sinagogas azotando y encarcelando a los que creyeran en Jesús de Nazaret. (Hechos 22:19-21 y 9:1)

Sanders escribe que las persecuciones de Saulo estaban motivadas por su celo desmedido al cumplimiento de la ley y no a su condición de fariseo. Theissen corrobora esa afirmación señalando que la vida de Saulo se caracterizó por su orgullo y su celo por el cumplimiento de la ley y las órdenes recibidas. Tras el martirio de Esteban marchó a Damasco. 
Respirando amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, pidió al Sumo Sacerdote cartas para las sinagogas de Damasco para ver si encontraba más seguidores de Jesús y poder llevarlos atados consigo a Jerusalén. Sin embargo, estando a medio camino, le rodeó una luz venida del cielo que lo postró en tierra al tiempo que una voz le decía:
- Saulo, Saulo... ¿Por qué me persigues?
- ¿Quien eres, Señor? -respondió Pablo.
- Yo soy Jesús, a quien tu persigues. Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer -dijo la voz.
Los hombres de Sablo estaban espantados pues oían la voz pero no veían a nadie. Saulo se levantó pero sus ojos habían quedado momentáneamente ciegos. Ayudado por sus hombres llegaron a Damasco. Allí pasó tres días sin comer ni beber y sin recobrar la vista.

Saulo nunca presentó esta experiencia como una conversión al cristianismo, sino como una revelación de Jesucristo y de su Evangelio. Desde su punto de vista, convertirse daba a entender una creencia anterior en ídolos que se cambiaba por un Dios verdadero, pero él no había creído nunca en tales ídolos y el hecho de creer ahora en Jesús no hacía mella en sus raíces, sino que le hacía más profundamente judío. Para Saulo no podía haber otra fe, puesto que el cristianismo todavía no era en ese tiempo una religión independiente. En una de sus epístolas explica sus pensamientos al respecto...
..."Yo no aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Dios. Pues ya estáis enterados de mi conducta anterior en el Judaísmo, cuan encarnizadamente perseguía a los seguidores de Jesús y como sobrepasaba en el Judaísmo a mis compatriotas, superándoles en el celo por las tradiciones de mis padres. Más cuando Aquel me separó del seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles. Al punto, sin pedir consejo a la carne ni a la sangre y sin consultar a mis maestros de Jerusalén me fui a Arabia y después a Damasco"...
A partir de ese momento, Saulo dedicó su vida a predicar la palabra de Dios, aunque siempre hablando en presente de su condición judía. Perseguido por los judíos de habla griega huyó de Jerusalén y comenzó su misión evangelizadora en Arabia y Damasco.  

En esa huida del año 36 encontró a Bernabé, que lo llevó con Pedro y con Santiago y desde allí marcharon a Antioquía donde pasaron más de un año convirtiendo a los paganos. Es allí donde nació la palabra cristiano, nombre con el que esta religión definiría por los siglos de los siglos a sus seguidores. Ya en el año 46 comienzan las tres misiones principales de Saulo:  
En el primer viaje él y Bernabé parten de Seleucia (Antioquía) a Salamina (Chipre) con el objetivo de convertir a gente no judía (gentiles o paganos). Es también entonces cuando el hasta entonces llamado Saulo pasa a llamarse por su nombre romano (Pablo). Convierte al procónsul y toman un barco que les lleva por el sur de Galacia. Instruyen comunidades y dejan encargados para cuidarlas y mantenerlas mientras ellos marchan a Jerusalén en el año 49 para plantear a los Apóstoles la propuesta de los cristianos que proceden del judaísmo, de que también los cristianos deberían aceptar las leyes judías y ser circuncidados. Esto da lugar al Concilio de Jerusalén del año 50, en el que Pablo gana con su propuesta de que no deberían imponerse rituales judíos a los conversos gentiles.

En su segundo viaje Pablo va con Silas hacia Siria y Silicia llegando al sur de Galacia. Allí se les une Timoteo. Cruzan las regiones de Frigia y Misia y en la Tróade se les une Lucas el Evangelista. Posteriormente Pablo marcha a Macedonia y funda la primera comunidad cristiana en Europa, pasando después a Tesalónica, Atenas y Conrintio, donde permanecerá año y medio acogido por Aquila y Priscila, matrimonio judeo-cristiano expulsado de Roma por el emperador Claudio. En ese invierno del año 51 escribe su primera carta a los tesalonicenses, documento más antiguo del Nuevo Testamento. Al año siguiente vuelve a Antioquía.
En la primavera del año 54 inicia su tercer viaje apostólico y lo hace en Éfeso (Asia Menor). Su periplo dura tres años en los que le llegan noticias de conflictos en la comunidad de Corinto y a los que responde con una primera carta a los corintios. Una segunda carta a esa comunidad se remite en el año 57 y otras más a los gálatas y filipenses. El invierno de ese mismo año marcha a Conrinto y en la primavera del 58 escribe una carta a los romanos, para volver después a Jerusalén para entregar su colecta destinada a los pobres.

Judíos de Antioquía le acusan de violar la Ley y en la revuelta intentan matarlo, pero el tribuno romano Claudio Lisias lo encarcela evitando el linchamiento. Posteriormente lo envía a Judea donde el procurador Félix lo retiene dos años esperando conseguir un rescate por su libertad. Como ciudadano romano, Pablo apela a su derecho a ser juzgado en Roma y tras un accidentado viaje llega allí la primavera del año 61. Durante su cautividad le escribe una carta a Filemón en la que le expresa sus ansias de regreso; finalmente el año 63 es liberado. Tras visitar las comunidades de Oriente regresa a Roma y es apresado durante las persecuciones de Nerón. Condenado a muerte en el año 67, por su condición de ciudadano romano tuvo el privilegio de morir decapitado, ya que el suplicio de morir en la cruz solo era para los no romanos. Según la tradición, allí donde su cabeza chocó con el suelo brotó una fuente de agua. Fue enterrado en la vía Ostiense de Roma. Tras cuatro años de excavaciones arqueológicas, el día 11 de Diciembre del año 2006 el Vaticano anunció el descubrimiento del sarcófago de San Pablo, debajo del altar mayor de la basílica que lleva su nombre. 

RAFAEL FABREGAT

No hay comentarios:

Publicar un comentario