25 de agosto de 2016

2177- DEL MOZÁRABE AL ROMÁNICO.

Se trata de un antiguo monasterio, ahora Iglesia de Santa María como hay cientos de ellas en España. Claro que ésta tiene historia y trazas un tanto peculiares. La tenemos situada en la localidad de Tábara, a 40 Km. al norte de Zamora y próxima a la ribera del río Esla. Sus cimientos son muy antiguos, tanto que se estiman anteriores a la etapa visigoda, todavía dominando la Península Ibérica los romanos. Después fue visigoda y más tarde románica. 
Los primeros datos documentados son del siglo VII cuando aparece en los textos del XI Concilio de Toledo como San Salvador de Tábara
A finales del siglo VIII y perteneciendo el territorio al Reino Astur Leonés, la localidad gozó de momentos de gran relevancia al ser erigido a sus pies, por mandato del rey Alfonso III y por San Froilán, obispo de León, un gran monasterio mixto que llegó a acoger entre sus paredes a 600 religiosos, entre frailes y monjas. (Muchos me parecen...)


Debido a los problemas de masificación y a otros que no vienen al caso (?) San Froilán y San Atilano, obispos de León y Zamora respectivamente, fundaron una abadía en la localidad vecina de Moreruela de Tábara, separando a unos de otras. Todo más tranquilo a partir de entonces, se instalaron décadas después los monjes del Císter. En su última etapa convirtieron la instalación en una importante hospedería.


Nada más sabemos del esplendor del segundo cenobio, pero el masculino de Tábara alcanzó gran prestigio cultural al instaurarse en el mismo un 'escriptonium' especializado en la elaboración de códices iluminados, alguno de los cuales ha llegado a nuestros días. 
Todo este esplendor se truncó ante las incursiones del caudillo musulmán Almanzor que destrozó tanto el cenobio de Tábara como el de Moreruela, quedando ambos en estado ruinoso y ya no volviendo a reconstruirse hasta dos siglos después. 
Reconquistada la zona en el siglo X, aquellas tierras fueron donadas a la Orden del Temple, que las custodió durante los siglos XII y XIV, restaurando la iglesia de Tábara, a partir de 1137 dedicada a Santa María. Por los vestigios aparecidos, sin duda fueron empleados los materiales del antiguo monasterio, pero nada se sabría del cenobio de Tábara, de no ser por el famoso 'escriptorium' allí instalado. Varios fueron los maestros (y alguna monja) que trabajaron en la creación de estos bellos manuscritos, especialmente el del llamado Beato de Tábara que representó gráficamente la torre de la actual parroquia, de construcción posterior, aunque él la presentó en el estilo mozárabe de aquella época. Desgraciadamente la vida del monasterio de San Salvador fue corta, al ser arrasado por Almanzor. 

De la fábrica anterior solo queda la parte inferior de la torre, dos portadas y una inscripción conservada bajo el porche lateral con el año de consagración.
La actual Iglesia parroquial de Santa María, fue levantada en el siglo XII en estilo románico, aunque exactamente en el mismo solar en el que ocupaba el primitivo monasterio de San Salvador de Tábara. La torre-campanario actual consta de tres cuerpos de campanas, con arcos de medio punto doblados. 
Esta iglesia fue reformada profundamente en el siglo XVIII, manteniéndose de su fábrica románica solamente la torre y dos de sus portadas. La del sur está compuesta por dos arquivoltas de medio punto y guardapolvo ajedrezado, aunque solo se conserva una de las columnas. La norte está cegada y bastante alterada. Además de la lápida fundacional se conserva una lauda prerománica y algunas lápidas románicas, actualmente expuestas en un pequeño museo existente al interior del templo.


La iglesia de Santa María de Tábara fue declarada en 1931 Bien de Interés Cultural. La fama del Beato de Tábara fue de tales dimensiones que fue retratado el año 970 por el famoso Emeterius. Nunca hubo un escriptorium que recibiera tal honor por parte de sus escribas. En el reverso, el miniaturista dejó dicho que él no hizo otra cosa más que acabar la obra inconclusa del maestro Magius, con lo cual ambos pasaron a la Historia gracias a este códice, el más importante que hoy se conserva de la Alta Edad Media.
Si algún día pasan por los alrededores no dejen de visitarla. Si su exterior ya merece sobradamente una visita, el museo interior les dejará boquiabiertos. Allí se exponen numerosos hallazgos históricos del lugar y de sus antiguos moradores, así como una amplia colección lapidaria de la época románica de este templo que fue retocado por todos sus moradores. De ahí su amplia historia, visigoda, musulmana y románica.

RAFAEL FABREGAT

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